
Pasa la festividad del 1 de noviembre y los centros de las ciudades empiezan a teñirse de rojo y llenarse de luces.
¡Árboles de todos los tamaños y colores empiezan a ser los protagonistas en todas las estanterías de los grandes almacenes y todo tipo de turrones están a nuestra disposición en cualquier hipermercado! Y todas estas señales… ¡nos avisan de que ya ha llegado la Navidad!
La patente del Árbol de Navidad
Seguro que tienes uno, y éste ocupa un lugar privilegiado dentro de tu hogar en la época navideña. Efectivamente, hablamos del principal protagonista de estas Fiestas, ¡el árbol de Navidad!
Desde los últimos años hasta hoy, es un artilugio más que guardamos en el altillo de un armario o el trastero de la casa, pero, antiguamente, año a año se producía una tala masiva de árboles/abetos para poder tener nuestras casas adornadas con ese arbolito lleno de luces y que tanta envidia y comparaciones produce.
La invención del árbol artificial de Navidad se la debemos a la estadounidense Mary Crook, quien en 1911 fue previsora, dando con la solución técnica a aquel problema, de ir al bosque y cortar un árbol y patentó el que hoy conocemos como árbol de Navidad artificial. (Patente núm. US994248A)
En la descripción, este invento decía ser “Un árbol de Navidad artificial que comprende una pluralidad de ramas cada una de las cuales está formada por un alambrón doblado a medio camino entre sus extremos para formar un bucle y teniendo sus extremos 100 retorcidos juntos para formar el cuerpo de las ramas, dichas ramas bavin sus extremos infier 9 torcidos juntos y enrollados uno sobre el otro para formar el tronco de ‘el árbol…”
Otros modelos patentados
El invento de Mary tuvo seguidores y posteriormente se patentaron otros modelos de árboles de navidad, todos ellos buscando la diversidad del producto y ofreciendo a los consumidores diferentes modelos del mismo.
La invención del árbol artificial de Navidad se la debemos a la estadounidense Mary Crook
La invención fue mejorando hasta llegar a los árboles actuales, diseñados para un más fácil montaje y almacenamiento, incluso con luces o, para los mas innovadores (o perezosos), el árbol que tiene una antena y, una vez retirado del embalaje, puede armarse por control remoto. (US 2009/0289560 A1)
Después de haber leído estos párrafos nos percatamos cómo los innovadores han hecho nuestra Navidad más confortable, divertida, agradable y segura, por eso debemos tener en cuenta su trabajo y reconocerlo por medio de la propiedad intelectual. ¡Feliz Navidad!
Autora: Lourdes Barco es Letrada adscrita al Departamento de Patentes de Fernández-Palacios Abogados