Muchos empresarios se plantean a la hora de abrir sus negocios y desarrollar ideas, generalmente en sus comienzos, si el aumento de coste que le puede suponer acudir en ese momento inicial a un profesional de la propiedad industrial en lugar de realizar gestiones con la administración directamente, les merece la pena.
Motivos para acudir a un profesional
Exponemos a continuación hasta 5 sencillos motivos por los que un profesional debería considerar acudir a un agente de la propiedad industrial en lugar de gestionar los procesos por sí mismo:
1.- Conocimiento técnico: Los Agentes de la propiedad industrial han de pasar una compleja oposición en la que se valoran sus conocimientos en todos los campos cercanos a las figuras jurídicas que componen la disciplina. Los agentes de propiedad industrial están altamente capacitados en las leyes, reglamentos y procedimientos relacionados con la materia. Pueden identificar detalles y estrategias que una persona sin experiencia podría pasar por alto.
2.- Experiencia para valorar la viabilidad de una figura jurídica: Un agente de propiedad industrial puede evaluar de manera objetiva si una invención, diseño o marca tiene posibilidades de ser registrada o patentada, dada la experiencia en numerosísimos casos anteriores en los que las Oficinas se han decantado por una opción concesoria o denegatoria. Esos conocimientos no sólo lo son respecto de oficinas nacionales sino internacionales, porque aunque en principio pudiera entenderse que las normativas están más o menos armonizadas, lo cierto y verdad es que los examinadores de las distintas oficinas tienen sus diferentes directrices y conviene preconocerlas antes de actuar.
3.- Reducción de errores en los procedimientos: Lo que para un profano en la materia sería un mundo, puesto que las solicitudes y resto de procedimiento de patentes y marcas son procesos complejos, para un experto en la materia es cuestión de minutos resolver problemas administrativos. Los errores no sólo pueden llegar a ser costosos sino que además pueden hacer que el procedimiento se perpetúe en el tiempo, lo que puede perjudicar directamente los intereses comerciales de un cliente.
4.- Ahorro temporal y de coste: Los trámites de propiedad industrial pueden llegar a ser largos y requieren un seguimiento constante. El empresario no debe perder tiempo en estas gestiones sino que ha de intentar poner en pie su negocio y vender el producto o servicio que constituya su objeto social. La labor del experto y su experiencia pueden hacer que el cliente se enfoque en su core de negocio y evitar pérdidas de tiempo innecesarias.
5.- Estrategia de actuación frente a terceros: Un agente está capacitado para diseñar las distintas estrategias que permitan al cliente valorar sus propias actuaciones y las de terceros, y así asesorarle mirando por los intereses de aquél y la mejor forma de optimizar la defensa de sus derechos. Si ese agente de la propiedad industrial es además abogado, se cierra el círculo de conocimiento y vía de actuación.
En definitiva y aunque contratar a un agente tiene un costo inicial, su conocimiento y habilidades pueden evitar errores y problemas futuros que pueden ser mucho más costosos de resolver una vez que surgen y evitar a la vez quebraderos de cabeza al empresario que ha de destinar su tiempo a otros menesteres.
No olvidemos que estamos ante activos que son intangibles, es decir, no se pueden tocar porque son fruto del intelecto, y la infracción de este tipo de derechos por su complejidad debería ameritar como último argumento, la actuación de un profesional experimentado que mire siempre por los intereses de los clientes.