Que nuestra Semana Santa es un claro ejemplo de cómo religión, cultura y arte concurren en una de las tradiciones más emocionantes y espectaculares, probablemente, del mundo entero, es algo de lo que los sevillanos no tenemos dudas. Ahora bien, ¿y si les digo que la Semana Santa ha sido escenario de innovación?
Pues sí, por paradójico que parezca, nuestra tradición más encomiable ha sido, en no pocas ocasiones, testigo de cómo la innovación ha proporcionado soluciones a situaciones tan comunes como el traslado de pasos, sistemas de protección de lluvia o las tradicionales “sillas” de carrera oficial. Ese avance técnico o innovación han ayudado a mejorar de alguna manera la vida del cofrade o de la Hermandad, destacando a veces por su sencillez.
Un claro ejemplo de ello es el sistema desarrollado por una empresa andaluza, dando solución a las temibles inclemencias meteorológicas que irremediablemente amenazan nuestra Semana grande año tras año y que tanto daño causan en tallas y pasos. Esta empresa patentó un sistema que protegía a los pasos frente a la lluvia, consistiendo la invención en una estructura de aluminio de unos 70-80 kilos de peso aproximadamente, resistente al agua, al fuego, así como a vientos de hasta 120 km/hora.
Avances técnicos e innovaciones han ayudado a mejorar de alguna manera la vida del cofrade o de la Hermandad, destacando a veces por su sencillez.
Otro claro ejemplo de cómo la innovación está presente en nuestra Semana Santa, son las tradicionales sillas en las que niños y mayores disfrutan cada año de nuestras cofradías en carrera oficial. Así, una reconocida empresa sevillana desarrolló hace años un modelo de silla compuesta por un sistema que permite sean plegadas de forma rápida y sencilla, facilitando a los operarios la retirada de las mismas, así como su almacenamiento, en la medida que se reduce considerablemente el espacio que ocupan.
Pero no pensemos que el tema de las invenciones en el mundo de las cofradías es algo que viene de nuevo: todos recordarán el sistema de ruedas que utilizó la Hermandad del Gran poder para portar a sus Santísimos Titulares en el siglo XIX, ante la ausencia de costaleros. Eso también fue una innovación, si bien en este caso no parece que fuera muy compatible con la tradición.
Todos estos casos son claros ejemplos de cómo no solo la Propiedad Intelectual, sino también la Propiedad Industrial, está presente en el mundo de las cofradías, cumpliendo todos los casos expuestos las exigencias que la Ley impone para reconocer una invención como patente o modelo de utilidad, concretamente la novedad, la actividad inventiva y la aplicación industrial.
Sea cual sea el caso, es evidente que la innovación aporta soluciones a la orbe cofrade que deben ser puestas en valor por Hermandades y profesionales del mundillo, si bien para ello resulta imprescindible contar con el asesoramiento jurídico de un despacho de abogados experto en la materia, que les acompañen en el camino de la innovación.
Autora: Inmaculada Gómez Prieto es Directora del Departamento de Invenciones de Fernández-Palacios Abogados